miércoles, 18 de junio de 2008

Los primeros pobladores

Aunque es muy difícil remontarnos en la historia de Cabizuela, dado que no se han encontrado restos arqueológicos de gran importancia, es bastante posible que los pueblos arévacos y vetones se encontraran asentados en sus cercanías, cultivando las fértiles tierras junto al Arevalillo y cazando en los encinares y pinares de la zona.
Tampoco es desdeñable la romanización de la zona. De ahí deriva una interpretación de la Toponimia de Cabizuela, como evolución de Capitolia. Los capitolia eran templos construidos para el culto de Júpiter, Juno y Minerva. Pero en el latín que evolucionó en Hispania, se llegó a considerar Capitolia como el centro de una villa con varios despoblados, donde se encontraba algún lugar de culto.
Pero esta interpretación se basa más que nada en conjeturas.
Lo que sí es cierto es el asentamiento de mudéjares en la zona, que huyeron de los califatos del sur presionados por el integrismo. De ahí viene el nombre de Cordovilla, o pequeña Córdoba. Si bien no tenemos ningun documento que lo atestigüe, si que existen varias Cordovillas en el resto de Castilla cuyo origen es árabe.
Los mudejares convivieron en paz y armonía con los repobladores Vasco-Navarros y Leoneses, que fueron sin duda alguna los pobladores de Cabizuela durante la edad media.
Puede que estos habitantes dieran el nombre de Cabizuela o Cabezuela, dada la ubicación del pueblo en un pequeño promontorio que domina todas las tierras de alrededor.
Por poner un ejemplo, el despoblado y los prados de Los Galindos deben su nombre al apellido de algunos de los moradores de la época. Este apellido Navarro se encuentra en gran parte de lugares de repoblación vasco-navarra de España.
Leoneses y astures son los que dan el nombre de "Los Estragales", dado que solo en esa zona se denomina estragal al portal de entrada en una casa o lugar.
Así mismo, "El Hoyuelu" no es más que un pequeño hoyo en Asturias, u "Hoyuelo".
Otra manera de ver la influencia de los Astur-leoneses y Vasco-Navarros en Cabizuela es la existencia de los siguientes apellidos:
- Soto: Como derivación de uno de los principales apellidos Galaicos, Souto.
- Holgado: Como derivación del apellido de la zona de La Cabrera y Sierra de La Culebra Folgado.
- Rodríguez: Aunque es usual este apellido en toda hispano-américa, es de origen leonés.
- Sáez: Los primeros vestigios de este apellido se encuentran en Vizcaya, aunque una rama de esa familia se asentó durante la repoblación en Arévalo.
Pero sin duda alguna, el mayor peso en la repoblación de estos territorios de Cabizuela cae en manos de gentes del antiguio reino de León.
A finales del siglo X, una serie de inciertos episodios naturales, como un eclipse total de Sol, una aurora boreal y una ola de calor, originaron grandes daños materiales en los territorios cristianos. Con el fin de encomendarse a Dios, y como ofrenda para conseguir su intercesión en los combates con los musulmanes, Fernan González, Conde de Castilla, ofrece impuestos a perpetuidad de los territorios de Castilla para la construcción del Monasterio de San Millán (patrón de Castilla) en La Rioja. Ramiro II de León hace la misma ofrenda en los territorios de León para la construcción de la Catedral de Santiago de Compostela. Cuando avanza la reconquista, los nuevos territorios de Castilla siguen pagando tributo a San Millán y los de León a Santiago, hasta la unificación de los reinos.
En ese momento, se hace voluntario a los deseos de los moradores el destino de sus impuestos, y así, los habitantes de Cabizuela, continuan con la tradición de sus antepasados de sufragar los gastos de la construcción de la Catedral de Santiago, tradición que se mantiene hasta el siglo XIX.
(Ver el artículo, Rindamos cuentas al Rey)
Como podemos ver, la Cabizuela actual es una mezcla heredada de los mudéjares que huían del Sur, y los repobladores de la cornisa cantábrica y el reino de León.

lunes, 16 de junio de 2008

Últimas voluntades

A la muerte del Marqués de Monterrón, que tuvo lugar en Vitoria a finales del siglo XIX , los habitantes del Cabizuela se llevaron una grata sorpresa.
El Marqués, además de poseer numerosas propiedades en el Pais Vasco, era dueño de varias fincas en las provincias de Salamanca y Ávila. En Cabizuela era de su propiedad el molino harinero y varias tierras.
En su certificado de últimas voluntades, hizo herederos de las 150 obradas de Cabizuela a los labradores de la cofradía de San Isidro, a los que también dejó tres pares de bueyes.
Cuando el hermano mayor de la cofradía llegó al Registro de Arévalo para aceptar los bienes donados, se encontró con que el testamento ponía una condición a la cesión de los bienes.
A cambio de las tierras y los bueyes, la cofradía y, por extensión, el Ayuntamiento de Cabizuela, debían dar cuatro medianas de pan y una cántara de vino (16 litros) una vez al año a los más necesitados del pueblo.
El ayuntamiento aceptó los bienes, y estableción como fecha del reparto el día de Nochebuena.
De esa manera, en los días anteriores a la Navidad, en los hornos de pan del pueblo, se dejaba de hacer bollos de manteca o perrunillas para hacer el pan de los pobres.
De la misma manera en los numerosos lagares se apartaban las cántaras de vino para los necesitados.
Esa costumbre se mantuvo hasta bien entrado el siglo XX, momento en el cual las tierras comunales dejaron de ser roturadas, para pasar a ser los actuales prados y pinares comunales, en los que todos los vecinos han de tener derecho a llevar el ganado, en el caso de los primeros, y a recoger piñas y madera en el caso de los segundos, aunque el aprovechamiento pueda ser subastado.

jueves, 12 de junio de 2008

Imágenes de este blog

Buenos días:
Como podéis ver, el blog ha cambiado de apariencia. He retirado todas las imágenes que había colgado de los artículos, dado que no se ajustaban a la realidad.
Se me hace una puntualización acertada diciendo que podía buscar imágenes más relacionadas con el pueblo, en vez de con los artículos publicados.
Mi intención era, tan solo, intentar acompañar los textos con ilustraciones que dieran una pequeña idea sobre lo que se estaba hablando.
De todas maneras, la puntualización me parece acertada, y puede inducir a error la inclusión de fotografías que nada tienen que ver con Cabizuela.
Como dije al inicio de este blog, pedía disculpas por adelantado por los errores cometidos y, sin duda, este ha sido uno de ellos...
Pero a la luz de esto, se me ocurre que podíamos crear en Cabizuela un Archivo de Fotografía Antigua. Sin duda alguna, en viejas latas de membrillo se deben esconder muchos tesoros que, si no se digitalizan, se acabarán perdiendo.
Lo iremos dando forma.
Gracias a todos y, seguir leyendo este blog, como atestiguan las más de 500 visitas que llevamos en estos dos meses.

martes, 3 de junio de 2008

Los vaqueros de Cabizuela


Al llegar la primavera, la actividad en el campo volvía a rebrotar. Un manto de hierba cubría el "Prado Ancho", "Los Estragales", y "Las Lagunas". Y decenas de vacas se dirigían hasta estos prados para pastar allí a sus anchas.



Antes de llevar las vacas al prado, se celebraba "La Junta", predecesor del actual "Seguro Agrario". Todos los ganaderos que iban a tener los animales juntos, tasaban una a una cada cabeza, y dejaban por escrito dicho valor. Si algún animal, durante el periodo de pastos, resultaba dañado por accidente, el resto de los ganaderos pagaban al propietario su valor. Como contraprestación, tenían derecho a parte de la carne del animal, a un precio simbólico. En varias ocasiones, todos los que iban de Cabizuela al mercado semanal de ganado de Crespos, llevaban en sus fiambreras un mismo guiso de carne, cuando el resto de la gente apenas podía comer algo de cocido y un torrezno.



Los vaqueros eran quien dirigían el ganado, y lo aproximaban hasta las mejores zonas y a los caños para poder beber. Pasaban en los prados casi todo el Verano, durmiendo en los bardos, pequeñas cabañas maltrechas, fabricadas con palos, retama y paja.



Cuando alguien necesitaba las vacas para arar, iba hasta el prado a lomos de un burro, con el yugo a cuestas. Recogía las vacas, las ponía el yugo, y regresaba otra vez con ellas por la noche.



Una de las estampas más expectaculares cuando se echaban las vacas al prado, era ver las luchas de los toros, para hacerse con el poder de la manada y así poder cubrir a las vacas en celo. Siempre bajo la atenta mirada de los vaqueros, quienes se encargaban de que ninguno de los dos oponentes resultara herido, se organizaban corrillos en los que se apostaba por el toro ganador.



Otra de las estampas curiosas de esta época, se producía cuando acababa la temporada de los prados. Las vacas se llevaban a los pilones, que existen actualmente, y desde ahí cada vaca se dirigía sola a su casa. Estaban acostumbradas, dado que durante todo el Invierno, se las llevaba a beber cada uno, desde su casa, al pilon; ya se sabían el camino de sobra. Por eso, al llegar el final de Septiembre, un reguero de vacas avileñas, frisonas, bueyes, y demás, recorría las calles del pueblo sin vaquero alguno. Pero todas acababan metidas en su cuadra.



Así que, cuando veamos por la televisión una película de vaqueros, nos podemos acordar de los que hubo no hace tanto tiempo en Cabizuela.






lunes, 2 de junio de 2008

El pino de Mayo




Aunque es una tradición que gracias al interés de los mozos y mozas actuales se sigue manteniendo, la tradición de "Pinar el Mayo", se remonta hasta la noche de los tiempos.



No se trata de una tradición local, sino que supera el ámbito regional e incluso nacional, ya que se encuentra intimamente emparentada con Los Palos de Mayo en Suecia, el Waber de Babaria y otras similares en el Reino Unido.



Hay que remontarse hasta la noche de los tiempos para encontrar un sentido a esta tradición. Los cultos del ser humano durante el Paleolítico dan un carácter de divinidad a los árboles, como morada de espíritus. Al hacerse sedentarios durante el Neolítico, dentro de los asentamientos siempre colocan un gran arbol en el centro de sus aldeas, a fin de que los espíritus puedan vivir entre ellos, y así proteger sus cosechas,el ganado, y mantener la fecundidad de las mujeres. De esta misma raíz deriva el "Arbol de Navidad", que los pueblos del Norte colocan en el solsticio de Invierno, para protegerlos de las noches perpetuas del invierno ártico.



Pero los pueblos celtas y mediterraneos empiezan a colocar el arbol justo al principio de Mayo, estallido de la vegetación, al alegría, el amor y las fiestas.



Con las civilizaciones greco-romanas, la colocación de los árboles protectores se fija en torno a las celebraciones de las fiestas en honor a Ceres (diosa de la agricultura), Pales (dios de la ganadería), y Maia (diosa de la fertilidad), todas ellas entre finales de Abril y principios de Mayo.



En la cristianización de nuestros territorios, la colocación del Mayo se centra en la celabración de la Virgen de Mayo (La Virgen de Galindos, en Cabizuela).



Y así, desde hace varios siglos, los mozos y mozas de Cabizuela dan rienda suelta a la alegría para colocar el Mayo, y así dar gracias a la vida y al inminente comienzo de un nuevo Verano.